En
la exposición de las Edades del Hombre (Catedral de Astorga -
2000) se pueden apreciar dos bustos relicarios de dos de las once
mil vírgenes, y que al tratarse de compañeras de nuestra
patrona, he considerado interesante reflejar lo que dice la ficha
de la exposición y así añadir un grano más de arena a la
historia de la Santa, transcribo a continuación lo que dice la
mencionada ficha:
“Por
sus consecuencias sociales, económicas y culturales, el culto a
las reliquias es sin duda alguna uno de los aspectos de mayor
trascendencia en la historia de la Iglesia. Al parecer, fue en la
segunda mitad del siglo IV cuando se comenzó la práctica de
fragmentar los cuerpos de los santos para repartirlos entre los
distintos lugares, siguiendo una teoría apoyada por varios teólogos,
según la cual por pequeño que fueran el fragmento mantenía
indivisible su virtud terrena, incluidas las facultades
milagrosas. En un intento de evitar los frecuentes abusos, pronto
se admitieron las mismas propiedades a las pertenencias
terrenales, e incluso objetos, telas y aceites puestos en contacto
con reliquias. De este modo, se abrían las puertas a un
interminable proceso en el que las razones espirituales |
estudio
publicado por Ferreiro Alemparte.
Para
lo que aquí interesa, es suficiente recordar la narración de
Jacobo
Voragine en su famosa Leyenda Dorada, con la que divulgó el
legendario suceso por toda Europa, a partir de la segunda mitad
del siglo XIII. Úrsula era hija de un rey cristiano de Bretaña,
a la que solicitó en matrimonio para su heredero el rey pagano de
Inglaterra. Con el fin de evitar las represalias que acarrearían
la negativa, la princesa aceptó, con las condiciones de que su
prometido se bautizase y que le concedieran un plazo de tres años,
durante los cuales peregrinaría a Roma con diez nobles doncellas,
cada una acompañada por un séquito de mil vírgenes. Embarcadas
en once naves, iniciaron su viaje, y a su paso por Colonia, un ángel
le predijo a Úrsula que a la vuelta recibirían la corona del
martirio en esta misma ciudad. En Roma se les unió el Papa
Ciriaco, borrado desde entonces de las listas del papado, y varios
obispos. Su futuro esposo, ya convertido al cristianismo, tuvo
también la aparición de un ángel pidiéndole que fuera a su
encuentro para compartir con ella el tormento. Colonia se
encontraba por entonces asediada por los Hunos, quienes al llegar |
estaban
indisolublemente unidas a las tangibles. Las reliquias se
convirtieron a la vez en instrumento de prestigio y fuente de
ingresos, que por lógica revertía en el terreno artístico. En
el campo concreto de la escultura, varios autores han señalado el
papel de “receptáculo para reliquias” una de las causas
principales del inicio de las imágenes.
Dentro
de la glorificación del martirio que conlleva en una gran mayoría
de casos el fervor a las reliquias, uno de los temas de más
repercusión en el arte es el Santa Úrsula y las once mil vírgenes.
El punto de partida
se encuentra en un antiguo relato, cuyo origen y diversas
versiones es imposible sintetizar en el reducido espacio de una
ficha para catálogo de exposición, por lo que remito al
completo |

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las
naves degollaron a sus ocupantes. Ursula fue una de las últimas
en morir, pues el príncipe de los hunos intentó desposarla, pero
ante su rechazo, le atravesó con un dardo. Este es el motivo por
el que en varias representaciones artísticas la Santa lleva en su
mano una flecha que alude a su martirio.
En
el mismo siglo XIII, incluso antes de que se escribiera la Leyenda
Dorada, la Orden Cisterciense se convirtió en la principal
impulsora del culto a Santa Ursula y su legión de compañeras.
Las excavaciones en Colonia permitieron atender la demanda cada
vez mayor de reliquias con destino a los más diversos
monasterios, en los que pronto se instituyó la festividad de las
once mil vírgenes. La conservación del |