¿EL FRAUDE DEL SIGLO? (3).
comienza
en el eco 21 página 12
Jabier
Pasamar
El astronauta de espaldas es John Young reajustando
una antena junto al vehículo de Exploración Lunar (VEL).
Si se observa con detalle se dará cuenta que el vehículo
hizo un giro de 90 grados de forma recta. Da la impresión
de que fue movido y puesto en ese lugar. En la roca que se
observa, está impresa la letra C; parece que alguien olvidó
esconder la marca del decorado. Debajo está una ampliación
de las líneas de marca (las cruces), estas son producidas
por la cámara fotográfica. Pero si se observa bien la
marca de la izquierda está debajo de una de las antenas del
VEL. ¿Cómo es posible?.
LA
ABEJA Y
EL
CUCLILLO
El cuclillo, pájaro muy común en varias regiones
de Europa, tiene la particularidad de poner sus huevos en
los nidos de otras aves. También se le conoce por la
monotonía de su canto que ha hecho que su figura sea
reproducida por los artesanos en los pintorescos relojes de
cu-cu.
Hallábase
cantando uno de dichos cuclillos, cuando una abeja, saliendo
de la colmena, le dijo severamente:
-
Calla porque tu canto fastidioso no me deja trabajar. Cu cu,
cu cu, ¿siempre lo mismo? ¡Cuanta monotonía!.
-
¿Hallas monótono mi canto? - se defendió el cuclillo-
Pues tampoco veo yo gran variedad de tu trabajo. Las
celdillas hexagonales de tu panal son todas idénticas y
lo mismo haces una que miles de ellas.
-
Mi obra está destinada a dar utilidad - replicó la abeja-
y no conviene variar. Pero si tu canto pretende sólo
divertir, ¡con la repetición aburre!.
M. I. López
EL
CIERVO, EL MANANTIAL Y EL LEON.
Abrumado
por la sed, un ciervo llegó hasta un manantial de aguas
cristalinas. Después de beber se puso a contemplar su
hermosa figura que se reflejaba en aquel límpido espejo.
-
¡Qué extraordinaria y atractiva es mi espléndida
cornamenta! - se dijo lleno de orgullo, por aquel adorno con
que la naturaleza le había dotado.
Sin
embargo, su alegría se disipó al contemplar sus largas y débiles
patas. El ciervo se avergonzó de ellas y se dijo que era
una pena que desmerecieran su belleza. Estaba sumido en tan
tristes pensamientos, cuando de pronto, apareció un león y
se dispuso a abalanzarse sobre el. Verle y salir corriendo
fue todo uno para el ciervo que gracias a sus patas, largas,
ágiles y veloces, enseguida puso una considerable distancia
entre el y su perseguidor.
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Fotografías
tomadas en la Misión Apolo 16:
Mientras
el terreno era liso y despejado, el ciervo pudo conservar la distancia
que le salvaba, más al penetrar en el bosque, su cornamenta
de la que tanto se había envanecido, se enredó con
las ramas de los árboles y le impidió la huida.
Poco
tardo el león en acercarse. Al verse perdido, el ciervo
recapacitó, exclamando para sí:
-Mis
patas, de las que renegué creyendo que me traicionaban,
eran las que me liberaban. Mis cuernos, en cambio, en los
que había depositado mi fe y mi orgullo, son ahora los que
me venden.
M.
I. Lopez
EL
MISMO SERMON DE SIEMPRE.
Sucedió
en Hungría. El párroco, un hombre muy bondadoso y ya
mayor, era muy querido de sus feligreses. Tanto, que el
obispo no lo podía trasladar a otro lugar. Llevaba ya
treinta años en la misma parroquia y todos estaban
encantados con él.
Una
sola crítica se hizo cada vez más notoria. Por ello, una
comisión, después de pensarlo mucho, se le presentó con
mucho respeto y titubeando. El cura les conocía a todos
desde hacía muchos años, pues les había preparado para la
primera comunión. Finalmente le dijeron:
-
Querido señor párroco. Usted tiene preparado para cada domingo del año
un sermón y lo repite cada año. Ya los hemos escuchado más
de treinta veces ¿No podría preparar alguna vez un sermón
nuevo?.
El
anciano párroco respondió:
-
Queridos hijos. Cada semana paso varias horas sentado delante del
confesionario y ustedes durante más de treinta años me han
contado siempre los mismos pecados. Cuando inventen un
pecado nuevo, yo prepararé un nuevo sermón.
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