Amigos de Calcena:
Quisiera en este mi primer contacto, pero no último,
seguro, explicar cuales fueron los pasos y los motivos que nos
embarcaron en su día en la lucha por conseguir el reconocimiento
a nuestra comarca. La Comarca del Aranda.
Quiero antes de entrar en el detalle de mi
explicación, agradecer a todos y cada uno de los alcaldes de
nuestra comarca el esfuerzo y la gran capacidad que han demostrado
para sacar adelante un proyecto que seguro hoy, no somos
conscientes del gran paso y los grandes logros (infraestructuras,
servicios, equipamientos, etc.) que hemos conseguido. Pero, lo que
es más importante todavía, estos logros garantizan el futuro de
nuestra Comarca y sus habitantes.
Los motivos que nos lanzaron a iniciar los trámites
fueron variados, pero efectivamente había algunos que prevalecían
sobre otros que no hacían sino confirmar el camino que debíamos
comenzar a andar. Soy una persona optimista, que gusta mirar hacia
el futuro más que recordar el pasado, pero no seríamos justos,
si en este proceso y en estos momentos no recordáramos la figura
de D. Marcelino Andaluz Vergara, de todos conocido y de todos
recordado. Él fue, y no otro, el que inició esta afortunada
andadura; su talante soñador le hacía albergar esperanzas que
algún día se iniciase los trámites del proceso comarcalizador.
Lamentablemente no llegó a disfrutar ni siquiera los primeros
debates de la Ley de Delimitación Comarcal. Vaya pues para
nuestro, siempre querido Marcelino, nuestro reconocimiento, y
ofrecerle este logro como suyo.
En 1993 se promulga la Ley de Comarcalización
aragonesa, que entre otras cuestiones, regula el procedimiento de
aprobación de la delimitación comarcal aragonesa. Era hora de
comenzar a trabajar y de argumentar una antigua reivindicación
que existía en nuestra zona. Queríamos que se reconociera
nuestra mayoría de edad de una vez por todas, quizás alcanzada
hacía ya muchos años.
El proceso comarcalizador
era, sin duda, un proceso difícil por lo novedoso, pero también
un proceso que genera grandes ilusiones y libera de grandes
incertidumbres el futuro de los pueblos aragoneses. La Comarca del
Aranda es fiel reflejo de lo que la realidad demográfica de Aragón;
dos de sus municipios, Illueca con 3382 habitantes y Brea con 2019
habitantes, aglutinan a más del 65 % de sus habitantes, estando
los otros 2712 habitantes desperdigados en los once |
municipios
restantes.
El
Proyecto de Ley de Delimitación Comarcal, previo y en
cumplimiento de la Ley de Comarcalización de Aragón, sufrió
diversas oscilaciones y titubeos en los que respecta a nuestra
comarca, la Comarca del Aranda:
en
primer lugar, la propuesta del Gobierno, sometida a consulta
municipal, no contemplaba la inclusión de dicha Comarca, puesto
que los municipios en ella incluidos se integraban en la comarca
de Calatayud.
Haciendo
uso de dicha consulta, los municipios que nos consideramos con
entidad propia para constituir una comarca, la del Aranda,
alegamos y justificamos tal realidad, hasta el punto de que la
posterior propuesta del Gobierno de Aragón, previo dictamen del
Consejo local de Aragón, rectificó su postura y contemplo la
Comarca del Aranda como delimitación territorial propia,
independiente de la de Calatayud. Tal acuerdo del Gobierno de Aragón,
fue ratificado en sesión plenaria de noviembre de 1996 celebrada
en Huesca, por las Cortes de Aragón.
Fue,
sin duda, el espaldarazo definitivo a la Comarca del Aranda, las
Cortes de Aragón se pronunciaban y apoyaban la viabilidad de
nuestro proyecto, la Comarca del Aranda. Uno de los motivos más
importantes para conocer la viabilidad de la Comarca fue nuestra
experiencia en la Mancomunidad. La Ley de Comarcalización de Aragón
basa su principal fundamento en la prestación de servicios. La
Mancomunidad había servido hasta ahora como herramienta a la hora
de prestar una serie de servicios a los municipios, principalmente
a los más pequeños; éstos, de no ser así, jamás hubieran
tenido recursos económicos para ofrecerlos a sus vecinos. Vimos
enseguida que las Comarcas iban a consolidar y potenciar estas
experiencias de las mancomunidades, a la vez que abrían la
posibilidad de acercar competencias, hasta hoy de la Diputación
de Zaragoza y del Gobierno de Aragón, a los habitantes de la
Comarca del Aranda.
Aunque
administrativamente la unión de nuestros pueblos tiene una vida
corta, los condicionantes socioeconómicos han hecho que la
población de nuestros municipios haya participado históricamente
de una serie de características comunes, diferentes a las de las
comarcas vecinas. El potencial agrícola, sometido a una condición
climatológica adversa propiciaron una fuerte iniciativa
industrial que nos caracteriza. |