LA PRIMERA CALCENADA
CRÓNICA DE UNA HAZAÑA INOLVIDABLE
Después de las fotos de rigor, el jefe de la expedición, Mariano
Miguel, da la salida a la hora prevista, las siete de la tarde.
Treinta y un grados de temperatura.
Los primeros kilómetros se hacen en perfecta camaradería,
atravesamos los campos secos de rastrojo, siguiendo el curso del canal por
su orilla izquierda. El sol caía oblicuo y pesado sobre los caminantes.
Es necesario ajustarse bien las gorras y cubrir los ojos para poder ver el
camino. Bajo la sombra de los chopos se notaba la alegría del empezar de
lo que se preveía una hazaña, y así resultó después.
Zaragoza iba quedándose, a lo lejos, a nuestra espalda, casi
tapada por la nebulosa del calor sofocante y del humo de los coches sobre
el asfalto abrasador. Así fueron cayendo los kilómetros. Poco a poco se
fue ocultando el sol por detrás del Moncayo, nuestro objetivo. Se hizo de
noche. Se agradecía el fresco de la noche. Se caminaba con buen ritmo y
armonía de conversaciones entre las tenues luces de linternas y las
alargadas sombras de las luces de los vehículos de apoyo.
Los primeros rayos de la mañana nos hacían restregar los ojos.
Por fin, se llega a Rodanas, lugar
de reagrupación y descanso. Aquí sufrimos las primeras bajas por lesión
de Manuel Tormes y Raquel Hernando.
En
Rodanas se hicieron varios grupos: unos salieron de inmediato y otros
prefirieron alargar el almuerzo y descansar. Así salieron en cabeza: Luis
Sebastián, Víctor, Pedro, Antonio Oriol, Ángel, Javier Sebastián,
Yolanda, Estela, Mabel, José Tormes, Chema Fernando, Conchita, Lola y José
Luis. Las primeras rampas se subieron con entusiasmo. Chema y José se
sentían muy ligeros acompañados por la gente de refresco. Poco a poco
empezaron a descolgarse y así por el alto de la cañada de las viñas de
Mesones pasaban Javier, Víctor y Pedro a las 10:27 seguidos por Antonio
Oriol y Ángel. Seis minutos más tarde le seguían Yolanda, Estela,
Mabel, José, Chema y José Luis.
Entre
las 11:30 y las 13:05 se cruza la carretera de Tabuenca por la parte baja
del puerto de la Chabola, se busca un lugar para el descanso, pero aquí
no hay árboles, ni plantas. Avanzamos por un camino rojizo y polvoriento
que con el sol sobre las espaldas amasaba el sudor de la frente y secaba
la garganta. Aquí acudían, una y otra vez,
los equipos de apoyo para refrigerar y dar vida. Poco a poco se
fueron acrecentando las distancias y era
mas difícil llegar con provisiones a los primeros y a los últimos. La
espontánea organización nos hizo llegar a todos.
Pasadas las cañadas de Tierga los desniveles del monte iban
en aumento y el calor y el cansancio en progresión creciente. La
cabeza la componían Javier, Víctor y Pedro. Seguidos muy de cerca
por Antonio Oriol y Ángel Sánchez. A las 13:55 pasaban Yolanda,
Isabel y Estela Miguel, Luis Sebastián, José Tormes, Pablo Cibera,
Conchita Tormes, Isabel Portal, Ruth, Azucena, Chema Fernando y José
Luis.
Sobre las 14:30 llegaba el grupo que había salido más tarde
de Rodanas. Se hizo un pequeño receso para reponer fuerzas bajo la
triste sombra de un almendro viejo y seco. Era la única sombra que
se veía a cientos de metros a la redonda. Aquí unos llegaban y
otros reanudaban la marcha. Los caminos se hacían cada vez más
empinados y el monte más seco y triste.
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Sólo aliagas y
romeros rastreros componían el horizonte. Las fuerzas comenzaron a
flaquear. Nos temimos el desastre general. Incluso, viendo la penosidad
con la que avanzaban algunos, les propusimos el abandono. Nada más
lejos de sus ánimos, ya agotados. Sacaron fuerzas, no se de dónde, al
ver que aquellos montes pelados de Valdeladrones les llevaba a los
montes de Valdeplata. Los caminos pelados de tierra por las últimas
tormentas dejaban al descubierto aguijones de piedras y areniscas
resbaladizas. ¡Ni por eso se rindieron!. Superando todas las
adversidades, superándose a sí mismos, cuando
se vieron en el término de Calcena, comenzaron a cantar
victoria. Ya nadie podía detenerlos. El resurgir de la fuerzas fue un
milagro.
Sobre las 6 de la tarde, tambaleándose por el cansancio pero con
alegría de haber conseguido su objetivo, al son de la orquesta que
esperaba en la tahona del pueblo, fueron llegando a cuenta gotas, los
primeros héroes de la Calcenada 2002, bajo la pancarta de bienvenida.
Después llegaron todos los demás.
No menos esfuerzo realizaron los de las bicis. Mención especial
para el tanden participado por un invidente y heroico también el
esfuerzo de nuestros chavales, Paulino y su pandilla de amigos.
¡HASTA LA
SEGUNDA CALCENADA!
Antonio
Tormes
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QUE LA CALCENADA SE AFIANCE ES MUY IMPORTANTE PARA EL PUEBLO. ¡AYÚDANOS!
***SEGUNDA CALCENADA***
104 Km. -VUELTA AL MONCAYO.24 H. ANDANDO O A CABALLO, 10 H.
EN BICICLETA. POR PISTAS. Días
1 y 2 de agosto 2003
RECORRIDO: Calcena,
Purujosa, Borobia, Cueva de Ágreda, Fuentes de Ágreda, Aldehuela de Ágreda,
Vozmediano, San Martín de la Virgen del Moncayo, Lituénigo, Litago, Añón
de Moncayo, Talamantes y Calcena.
SALIDA: de Calcena
andando o a caballo el día 01-08-03 a las 22:00 h., las bicicletas el día
02-08-03 a las 10:00 h.
ETAPAS: andando
tendrá tres posibles etapas: Calcena-Calcena 104 Km., Litago-Calcena 40
Km., Talamantes-Calcena 20 Km. Para las bicicletas y los caballos una única:
Calcena-Calcena 100 Km. MEDIOS DE APOYO: desde Calcena saldrán vehículos
para trasladar a los participantes a las etapas de Litago-Calcena y
Talamantes-Calcena.
INSCRIPCIÓN:
ingreso de 20 EUROS antes del 20 de julio en la cuenta de Ibercaja:
20850137910330141979.
Los
jinetes antes de inscribirse contactar con José Ángel en el Telf.:
696688455.
En
el momento del ingreso, es imprescindible reseñar el modo de
participación, Calcenada andando, Calcenada a caballo ó Calcenada en
bicicleta.
MÁS INFORMACIÓN:
www.calcenada.com
Por las tardes en los Teléfonos:
Andando: 686
205 382. En bici: 686 962
469, 650 947 236, 686 205 382. A
Caballo: 696 688
455, 686 205 382.
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