hubieras
metido tu? Nosotros lo tuvimos muy claro: unas jarras bien
fresquitas de cerveza, el susto fue quien pagaba, entre todos casi
no lo podemos hacer. Nadie llevaba dinero.
San
Martín-Lituénigo, Casi
eran las diez de la mañana en Calcena. José Luis Royo con su voz
melodiosa da órdenes a todo bicho viviente. El no doblega y pone,
eso si, a todo el mundo a andar, aunque sea en diferentes
direcciones. Ha de dar la salida a las diez a las bicicletas, al
autobús que lleva a los participantes de 40 y 20 Km. y a las
furgonetas de avituallamiento. Algunos tienen encontronazos, pero
son las ganas de hacer las cosas y los nervios porque todo salga
OK. Esta etapa era fácil, más bien llana, un poco de calor, pero
soportable.
Lituénigo-Litago,
o el rompepiernas. Este trozo está ahí por Luis Miguel Sebastián.
Es el estratega y así lo dispuso Creo que para la próxima edición
lo quiere cambiar (si queréis vengaros os puedo dar su dirección.
Se donde vive). Reconoce que es muy duro. Algunos ya se planteaban
el abandonar y pasar por Lituénigo y ver su museo etnológico, o
incluso pasarse por Trasmoz y ver las brujas. Pero todos decidían
ir a Litago.
Allí
estaba Rosa Villar,
la señora Alcaldesa de Litago en el bar Peña con Antonio, su señora
y su hermano Jesús, junto con un puñado de voluntarios. Antonio
Tormes… preparando el ágape o lifara Tan grande fue que entre
la comilona y el rompepiernas, de un autobús que teníamos
previsto para los abandonos pasamos a dos y algunas furgonetas Los
abandonos de las
bicicletas eran masivos. El calor hacia presencia con sus
45 grados. Algunos daban más temperatura, pero ¡y que mas da! si
ya no se sentía nada. Los caballos también pasaban lo suyo. José
Ángel y su veterinario, se entregaron
a fondo. Había trabajo
con los caballos, mucho calor y más kilómetros. Y había
personas que querían venir con caballos de alquiler, casi nada,
igual nos tenemos que comer caballo
y jinete.
Habíamos
pasado el ecuador de la prueba, sobre los 60 Km., para muchos
también su meta. Comenzaba lo duro. Aquí pierdo el contacto con
Alonso Ojeda, compañero
de viaje desde Borobia.
Litago-Añón.
Ya no se sienten los pies. Las ampollas son ampollones; ya no es
cansancio ni dolor; ya no se habla tanto entre las personas; los
pensamientos se sublevan; los chinos que llevamos en el coco
empiezan ha hacerte preguntas y comienza la otra prueba, la de uno
mismo.
Aprovechamos cualquier
charca para refrescarnos. Que se lo pregunten a los de Gallur. De
poco secamos la charca de Añón y bebemos de todos los |
que
vemos correr agua, ¡qué poco conocimiento!, para pillar
cualquier cosa.
Bajábamos
hacia las cuevas de Añón por la barranquera y alguien que no
conocía la zona decía: “daría todo y más por un cervecita
muy pero que muy fría” y le decíamos “igual la organización
ha pensado en ello” y “contestaban esos… esos son
unos”….peroooo ¡allí estaba Luis Miguel el más grande! (y
no sólo en ese momento”) con 1 ½
de cerveza, pero que muy fresca. El personal no se lo creía.
Claro, aun no se veía el chiringuito. No se cuantas cayeron.
Volveremos para hacer una merienda en este paraje, ¡que bien
montado lo tienen los de Añón!. Sus mesas, barbacoas, agua
fresca e incluso un
chiringuito.
Añón-Alcalá.
¡Que pasada! vienen las primeras bicicletas, increíble, ni
tomando atajos es posible llevar este horario. Nos saludan. Es
Nacho, (si, de Calcena), se va como una moto y dos o tres más. No
los conozco y menos con gafas, casco, el mono etc. Los primeros,
el Padre de Superman, la Mama de Tarzán y Spiderman. Van como
cohetes, parecen como huir de algo
Esta
etapa es corta y fácil no hay desniveles, eso si, el calor
aprieta lo suyo.
Alcalá
–Talamantes. Andamos unos metros. Todo es llano y el suelo
muy bueno, pero ya comienzan esas preguntas que denotan la falta
de fuerzas, el cansancio y las ganas de terminar. ¿Pero que
dices, que por allí sube la pista?, me estas engañando, aquello
negro esta asfaltado, parece
una carretera. Que se lo pregunten a los ciclistas ¡menudo puerto
entre las 4 y las 6 de la tarde!
45 grados, desmontado de la bici, tirando de ella y un
puerto que no acaba nunca; unas bajadas y el castillo de
Talamantes todos muy ilusionados al pabellón, pero ¡para que
vamos a contar nada!. El año
2004 tendremos todo aun más atado y contaremos cosas de Talamantes.
Talamantes-Calcena.
En los tiempos que estamos y a Talamantes solamente llega la
carretera; no sale. Calcena esta a 20 Km. y has de ir por pistas, |