¿UNA MURALLA EN LA PLANA? |
Desconozco si os habréis dado cuenta, pero en la Plana situada
entre el barranco de la Ojosa y el de la Plana (a la derecha
del barranco de la Ojosa según se mira desde el puente), y a
unos 100 metros dirección sur del precipicio que se asoma
sobre la Cueva Bolinchera, se encuentra una pared de metro y
medio de espesor, compuesta por dos hiladas de piedras grandes
en ambas caras exteriores y entre ellas rellenas de piedras
más pequeñas, y que atraviesa toda la Plana de Este a Oeste,
en los 200 metros, más o menos que mide de ancho. Las piedras
no están unidas por argamasa (forma contractiva en “piedra
seca”). Hemos preguntado a los mayores del pueblo; muchos
desconocen su existencia y otros dicen que es obra de pastores
para encerrar ganado, pero ¿que pastor hace un cerrado con
paredes de metro y medio de grosor, con piedras que no se
levantan entre dos personas y de 200 m de longitud?. Los
poblamientos prerromanos se encontraban en cerros elevados,
fáciles de defender, con proximidad al l agua y cerca de vías
de comunicación.
Todos estos aspectos reúne la Plana: fácil de defender, con un
río cerca y en una de las vías de comunicación desde la meseta
castellana. En una de las posibles vías de entrada desde el
barranco de la |

Ojosa, existe una pared obtenida mediante el tallado de la
roca que sirve de defensa de ese acceso.
No debemos de olvidar que en Oseja, en el cerro que está por
encima del pueblo, existe un poblado celtibérico.
Desgraciadamente no tenemos conocimientos ni medios para
estudiar la zona ni los posibles hallazgos, por lo que si
alguien de vosotros o persona conocida desea conocer la Plana
estaremos encantados de acompañarle, con una condición: que lo
que encuentre lo cuente en El Eco del Isuela.
Calcena-Celtiberia
F. Ruiz.
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La Celtiberia Aragonesa afecta a la parte occidental de los
territorios al Sur del Ebro; eran los celtas de Iberia. La
Celtiberia se dividía en la Citerior (los valles del Jalón y
del Jiloca) y la ulterior (los altos valles del Duero y del
Tajo). Los lusones ocuparían la parte más occidental, desde la
sierra del Moncayo, al alto Jalón. Estas gentes celtibéricas
encontraron en este territorio y durante el siglo IV antes de
Cristo, un lugar estratégico de paso hacia la Meseta y dos
valles, el Aranda y el Isuela, con grandes recursos naturales.
Poblados como el de los Casares y el Castillejo en Aranda,
Peña la Muela y L´udón en Oseja, el Calvario en Gotor,
Tergacom en Tierga, el Tremedal en Trasobares y Purujosa.
Los poblados se asientan en zonas elevadas, cerros amesetados,
con una excelente situación estratégica que domina el
territorio, por razones de prestigio, control y defensa,
próximo a rutas comerciales y a las zonas de exploración
económica.
Los poblados tienen un muro de cierre, muralla tipo sandwich
en piedra, donde se abrían puertas que daban acceso a la calle
central. Las casas tienen una planta rectangular, alargadas,
con paredes medianeras, adosadas entre sí en un esquema que se
repite en todo el valle del Ebro. Las casas se construían con
cimientos de piedra, colocados sobre la roca para mejorar la
solidez de la construcción. Se utilizaba la técnica llamada de
la piedra seca que consistía en utilizar la piedra desbastada,
pero no escuadrada, en bloques regulares, unida generalmente
con arcilla e introduciendo pequeñas piedras en los espacios
entre bloques. Este zócalo de piedra medía unos 70 cm y la
parte superior del muro se recrecía |
con adobe. El adobe se recrecía con arcilla líquida para
impermeabilizarlos. Las cubiertas de las viviendas eran planas
o ligeramente inclinadas, de una vertiente. Estaban formadas
por cañas, ramas y material vegetal, recubierta con arcilla
para aislarla y protegerla de la lluvia y el viento. En su
interior había postes de madera que daban solidez y el suelo
era de tierra apisonada. Las casas estaban divididas en
una estancia principal, que tenía un banco corrido y el hogar,
y una despensa.
Estas tierras celtibéricas trazaron una red de caminos
indígenas de comunicación. Roma los aprovechó. Existía una
calzada romana que pasaba por el norte del Isuela que desde
Cesaraugusta se dirigía a Artúrica (Astorga). Al sur del
Aranda, estaba la calzada que desde Cesaraugusta iba a Emérita
Augusta (Mérida). A esas dos vías principales se añaden
pequeños caminos naturales que siguiendo el recorrido de los
afluentes del Jalón, se adentraban en el sistema Ibérico y
tierras limítrofes.
Una de las principales riquezas era la minería. Los autores
antiguos ponderan la calidad del hierro. El Aranda y el Isuela
cuentan, además del hierro con las minas de plata, cobre,
estaño y plomo de Calcena que bien pudieron abastecer de
materia prima la producción de denarios en los dos últimos
siglos antes de nuestra era.
Adoraban a la naturaleza. El río Isuela genera gargantas que
permiten rendir culto a la naturaleza. Los cadáveres de
guerreros muertos en combate eran devorados por los buitres,
para que así su alma subiera al cielo. Al resto lo incineraban
y depositaban sus cenizas en urnas. El humo llevaba su alma al
cielo. |